Dani Rovira en El Club de la Comedia es uno de los comediantes más divertidos y queridos. Su estilo desenfadada y los temas que trata en sus monólogos hacen que divierta a grandes y chicos mientras explica cosas tan diferentes como la infancia en el campo o en la ciudad, o la diferencia entre tontos y brutos, según su parece.
De esto último trata el monólogo que elegimos para hoy. Dani Rovira nos cuenta sobre las anécdotas más divertidas de gente bruta que ha conocido a lo largo de su vida. Primero empieza marcando una diferencia entre tontos y brutos, con un ejemplo que difícilmente se me hubiera ocurrido pero retrata a la perfección a cada una de las personas.
El bruto persevera
Dani Rovira dice que mientras el tonto es aquel que intenta pasar una viga de forma horizontal por una puerta, el bruto se encargará de lograr que pase sea como sea. Incluso si tiene que ponerle aceite a los bordes y empujar durante horas para lograrlo. Realmente, una brutalidad sorprendente.
Un pueblo de brutos
Al Margen, un pueblo de Málaga donde Dani Rovira creció visitando familiares de su padre y donde la gente estaba totalmente al margen del decoro, de la sutileza, del dolor. Un pueblo de bruto según el retrato que él hace.
La piscina de Al Margen
El pueblo de Al Margen no solamente tenía adultos brutos, también sus niños. Rovira recuerda las tardes en la piscina municipal, con los niños lanzándose a la piscina de formas estrambóticas. Con grandes carreras, de bomba y sin ningún tipo de temor. Cuando lo invitaban a saltar, Dani Rovira solamente acertaba a decir “No, no, Yo luego. Cuando la llenen”.
Una anécdota divertida sobre gente bruta, tonterías y torpezas que divierte y entretiene pero que no hace alusión a nadie así que no hay que tomarlo como un insulto.